Siendo el único responsable sobre tu futuro encárgate de él, debe darte tranquilidad, pues no dependes de terceros, no es sólo suerte o sólo destino, es más bien una construcción diaria que se hace desde tu deseo personal, que proviene de tu propósito y que sin duda atrapará todas tus intenciones en una especie de plan no escrito en un papel, pero si pensado vuelto a pensar y hecho consciente desde tu determinación de lo que quieres y puedes hacer.

Sin duda sentirse determinado y decidido, le da al corazón un ritmo más amable, casi un compás. Una vez pasada la antesala del miedo y destruida su delgada línea que nos aparta del progreso y del futuro, llamando futuro a una posibilidad en el tiempo que debe ser positiva y para ello estar desprovista de miedo. Un futuro vivido en miedo es básicamente un pasado con nombre mal puesto y con un freno tan potente que no permite movimiento alguno.

Moviéndonos nos conocemos, moviendo nuestras organizaciones las mejoramos, el movimiento comienza una vez reconocemos al miedo y decidimos seguir adelante y soltar el pedal del freno. Este movimiento puede sentirse desde la libertad de poder construir de nuevo; cada vez que sientes miedo puedes volver a comenzar.

Para comenzar basta mirar que pasa en tu entorno y conectar las situaciones externas con tus anhelos personales y profesionales; esta mezcla genera un nuevo movimiento con gran inercia, y junto al movimiento anterior te dan enfoque personal y energía vital para desde el hoy construir un futuro en el que quieras pasar tu vida, tus años, tus nuevas experiencias y no mirar atrás.

Reconocerse y activar una filosofía personal, te fortalecerá de cara a las nuevas decisiones.

¿Quieres diseñar tu futuro o prefieres que otros lo hagan por ti y seguir perdido en el horizonte?

Por: Marcia Arcila
Escrito en: Café pergamino c.c Oviedo, sep 22/2019 2:30 pm