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NEGOCIOS TRADICIONALES EN CONTEXTOS MODERNOS

Realmente todo tiempo pasado no fue mejor y las herramientas actuales no generan valor por si solas. Tal vez sea este el juego social que nos lleva a querer ser diferentes y a no estar de acuerdo de manera caprichosa y sin razón.

Las decisiones empresariales resultan teñidas de muchos colores a los que podemos llamar sesgos, es decir, tendencia a la subjetividad, esta razón es suficiente para comprender que hay momentos en los que se requiere de una compañía externa y de una mirada objetiva, sin sesgos, que nos ayude a tomar decisiones frente a la gestión del cambio, considerándolo como uno de los procesos de decisión que las personas y las empresas evitamos de manera recurrente.

Hoy con mayor intensidad y urgencia, nos enfrentamos a modelos de negocio, impensables en otra época, con un alto contenido de tendencia y una construcción plena en novedad, nuevas palabras y nuevas habilidades que aunque aún no terminemos de identificar, y estén entendidas a medias, son repetidas de manera tan firme y permanente que obligan a las empresas y a sus responsables a detenerse para dar al momento la importancia que merece y determinar que todo esto, nuevo y emergente, afecta a la empresa  y debe ajustarlo de manera objetiva con la ayuda de un consultor empresarial.

Después de reuniones, capacitaciones, planes desactualizados y largas sesiones digitales, tenemos la sensación de que estar en el primer mundo, el desarrollado, es estar conectados únicamente de forma digital. Nada más equivocado, pues esta funcionalidad debe ser tratada como tal y llevada a su entorno como una herramienta, pues es esta su naturaleza.

El propósito empresarial es un campo más extenso en el que caben las herramientas digitales, siendo innecesarias y útiles, las competencias y habilidades de los equipos de trabajo, las ventajas que la empresa ha desarrollado o piensa desarrollar a través de sus productos o servicios y la relación con el cliente o consumidor. Es un enfoque reduccionista el tomar una postura extrema frente a lo digital o a lo hoy llamado tradicional que no necesariamente proviene de una tradición, sino más bien, de un uso también tecnológico no informático.

En realidad, hay que dar cara y mirada profunda a la administración y a la operatividad, esta decisión requiere conocimientos que puedes no tener dentro de tu empresa y por ello un equipo de trabajo interdisciplinar, en el que comparten el día a día diferentes profesiones, tecnologías y saberes, es conveniente en la medida en que aporte la objetividad necesaria y la respuesta a situaciones que se van reteniendo en las empresas y frenan su desarrollo.

Las promesas hechas al cliente, la competencia que asegurábamos no tener y que se nos adelanta con sus muchas ventajas sumadas a la incapacidad de migrar los pensamientos y los planes al mundo de lo real, me llevan a aconsejarte que toda empresa, como sistema integral no debe despreciar ningún proceso para así lograr la perfecta sinfonía premiada en el mercado con una rentabilidad decente.

Crear empresa es serio y de gran compromiso, ajustarla en los nuevos contextos permitirá que las acciones tomadas sean justas para tu propósito.