Decidir continuar en un mercado con una línea de producto y acompañados de un equipo determinado genera, sin duda, la necesidad de un plan renovado, desprovisto de deseos y pleno de sensatez; solamente así ayudaremos eficientemente a que el nuevo recorrido de la empresa se haga cuidando sus recursos y disolviendo el miedo.
Se debe comenzar con un listado corto de actividades de ejecución específica y de fácil medición, lo que nos lleva al camino de victorias tempranas que generen un ambiente propicio para desarrollar la nueva estrategia empresarial.
La calidad del ambiente permitirá que la cultura de renovación comience y se sostenga, lo que garantiza una solución a medida para las nuevas emergencias, para asumir el cambio y para hacer frente a una situación que será diferente a la que antes tuvimos. Se trata entonces de no vivir en el pasado, esta premisa nos lleva a caminar conscientes por el nuevo camino, esta vez sin retrovisor.
La invitación a caminar y a mirar de frente son tan vitales, como la de no vivir en el pasado. Estas tres premisas nos preparan con la actitud del viajero que disfruta del viaje con inclemencias, con días fabulosos y aún con dificultades.
Preparados con la actitud no perdemos más tiempo en buscar los por qué o bucear en el pasado. No hemos ignorado la historia, pero sabemos que, para hacer una nueva, acorde a la situación, no podemos perder el tiempo y la memoria de trabajo en acariciar posibilidades de antes o en añorar.