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SIEMPRE EL CLIENTE SERÀ TU JEFE

Las plataformas digitales son un buen lugar para demostrar que evitar lo inevitable no es una vía coherente.

La comunicación y el desarrollo de modelos de negocio on y off line requieren de la ejecución de acciones operativas, constantes y a tiempo, que permitan garantizar la continuidad del intercambio comercial.

Las capacidades tecnológicas elegidas e instaladas para atender las nuevas formas de compra, no eximen del diseño de procesos y procedimientos seguros que sostengan la empresa.

Es usual, hoy, considerar que una presencia digital es por si sola un acto de emprendimiento o una ejecución empresarial, pues hemos dado a estas iniciativas una ponderación o valor mayor a la real que se lleva toda la energía empresarial y que nos distrae de la estrategia. Muchas iniciativas, las sentimos y poco las usamos, no por desconocimiento sino por la causa #1 en perdida de cliente: el mal servicio. El mal servicio procede de desarticular las acciones lógicas y pertinentes para terminar al 100% el ciclo empresarial y lograr una recompra.

El tan anhelado cliente se convierte en tu enemigo cuando no le cumples y, más aún, no sabes cómo responder a sus dudas o a sus necesidades. Es en este punto cuando consideras que, si no lo tienes de frente, de manera presencial, podrás evadir la responsabilidad y la expectativa que generaste al diseñar tu promesa de valor y cuando con entusiasmo diseñaste tu modelo de negocio, desde una plantilla básica, lo cual es practico mas no rentable

Te pregunto: ¿Cuál es tu motivación empresarial al decidir de manera clara tu presencia digital ?, ¿Esperas aparecer en una búsqueda? ¿Quieres realmente construir una relación de compra?
Los horarios flexibles que parece tener el mundo digital pueden terminar convirtiéndose en una camisa de fuerza, pues vuelven la flexibilidad una esclavitud que hace que en cualquier momento"libre" trabajes un poco más anticipándote a sumar horas para un futuro en el que podrías no tener tiempo para atender a tu verdadero cliente, el cliente que paga y que hace una recompra, el que permite que tu empresa sea sostenible y el que se sienta contigo desde la presencialidad o desde la virtualidad a hacer negocios, a mejorar productos o a buscar acuerdos a situaciones difíciles.

No consideres el chatbot un pensador, úsalo para lo que está hecho y no sobrevalores su utilidad. Esta es una manipulación eficaz en nuestros tiempos, en los que todo lo que denota libertad termina teniendo grillete por no tener norma. 

Da la cara a tu verdadero jefe, a tu cliente. Busca una ayuda que te permita entender lo que no esta dentro de tu modelo o de tu estilo de trabajo, una asesoría con un consultor experto que te contextualice, podrá lograr una estrategia definitiva y efectiva en la que entiendas qué es un instrumento y qué es un fin.